Siempre se llega a un punto en el que tienes que decidir, si arriesgas o no.
Si no arriesgas es verdad que no ganas. Te quedas tal cual estabas y puedes seguir igual de bien, no te haces daño, no te hacen daño, no duele.
Si arriesgas la cosa se puede complicar algo más. Si te sale mal puede doler y cuesta su tiempo reponerse, pero terminas reponiéndote y con algo aprendido.
Pero… cuando arriesgas y te sale bien… uff. Sabes que ha merecido la pena y arriesgarías otras mil veces más.
Me acuerdo de aquel momento, fuiste sincera y aunque en su momento me fastidió, lo agradezco. Yo tampoco había sido del todo…
Me dijeron que pasará, que a otra cosa mariposa. Yo decidí tomarme todo con más calma. Pero no hice ninguna de estas cosas, seguí como si nada y fui a por lo que quería.
Supongo que es eso lo que se debe hacer. Cuando quieres algo o a alguien ir a por ello.
Seguimos arriesgando?