Hace 5 años la primera noche en mi residencia di con un tía muy prepotente que iba de enterada (o eso me parecía), nada más conocerme me dijo que me parecía a su prima la exvagabunda. Unos días más tarde planeamos que cuando termináramos la carrera nos iríamos a Sudamérica.
Las primeras semanas en mi habitación siempre encontraba 2 caras sonrientes y poco habladoras, iban a clase con mi compañera de habitación. Siempre me escuchaban los días que llegaba eufórica y feliz, los días que llegaba asqueada de todo y los días que llegaba borracha. Estos últimos eran más frecuentes, el año que viví en residencia descubrí lo que era el alcohol. Allí siempre me encontraba como en casa.
Dos semanas más tarde, aunque ya parecía que había pasado una vida, llegó una chica a la que me costó pillarle el punto. Una vez que nos conocimos fue difícil despegarnos.
Y estas 4 personas se convirtieron en constantes en mi vida. Unas se han ido, otras han vuelto y el año que viene me dejan sola en Sevilla. No se hacen una idea de lo que las voy a echar de menos, pero sé que las palabras distancia y tiempo se vuelven invisibles si las pones junto a AMISTAD. Da igual el tiempo que pase sin vernos porque algunas cosas nunca cambiarán.
Pero yo ahora me pregunto cómo voy a seguir en Sevilla si para mi Sevilla son ellas.