Día de famoseo

Hoy ha sido uno de esos días por los que merece la pena el verano, de esos en los que todo sale. Por la mañana despedida de la gente del trabajo se acabó! Por fin…los echaré de menos he hecho dos grandes amigas y me llevo el teléfono de más de uno d mis niños… nunca se sabe!

Por lo visto uno de mis niños era el sobrino de Carlos Sobera, hoy ha ido a recogerlo y a darnos las gracias por el trabajo, por lo visto el niño habla maravillas de mi. Por fin parece que algo se me da bien.

Después de mi última clase nos hemos ido a comer y luego como siempre el cafelito. Me siento en una mesa y de repente escucho una voz familiar, muy familiar… me doy la vuelta…

-¡Ostras!
-Hay hija no te asustes. (Con ese acento peculiar)
-Jajaja no no para nada! Es que me he sorprendido. (Era Carmen Sevilla, es la ídola de mi abuela y mi abuela es mi idola. Así que por el teorema de la idolatría es "sólo un poco" mi idola).

Las 3 que estábamos nos pusimos ha hablar con ella, es muy simpática la mujer. Y al irnos yo con mi generosidad que me pierde (y más tras algunas cervezas) le dije que yo la invitaba al café (me dejé llevar por le momento, ahora siento un poco de vergüencilla…que friski que soy a veces!). Ella dijo que de eso nada que ella nos invitaba a nosotras.... y menos mal! luego me di cuenta de que sólo llevaba 2euritos.

Seguimos la tarde hoy tocaba darlo todo. Tras pasar por el cajero estuvimos en varios chiringuitos, terminamos en uno bastante pijillo pero decían que hay estaban los mejores mojitos, todo sea por los mojitos...y varios Daikiris!

Cuando llegamos estaba allí Pau Dones (el cantante de Jarabe de Palo)… quería saludarte pero me daba palo, nunca mejor dicho! Así que seguimos a lo nuestro. Al rato se acercó uno de sus amigos a pedirnos fuego, y en ese momento apareció la Mari! de Chambao.

Las horas pasaron y su amigo el que nos pidió fuego (Raúl) saco un cajón y empezaron a tocar. Aparte de ellos solo estábamos las tres en el chiringuito y creo que se dieron cuenta de nuestras caras y innumerables miradas de reojo, que nos dijeron que nos acercáramos. He disfrutado como una enana y ahora mismo las letras se mueven! jajaja

....aunque me ha faltado una llamadita, a la que me estoy volviendo adicta.

Vértigo

Como cuando te asomas desde la ventana de un ático, ese cosquilleo que inunda tu barriga y a la vez produce un pequeño subidon. Muchas veces asusta pero me encanta esa sensación, puede que sea un poco masoca.

Pues llevo días que parece que ando por una barandilla. Me gusta esa sensación tanto como me asusta. Demasiadas decisiones que pueden cambiarlo todo, algunas solo dependen de mi les pertenecen a los que me rodean, pero en todas me veré afectada.

Supongo que en esto consiste hacerse mayor. Tu alrededor cambia constantemente, veo como mis amigos van haciendo sus vidas, cambian de ciudad, de país, de trabajo algunos los empiezan, también nuevos estados civiles (todavía no me creo!)… Y la verdad tanto cambio asusta un poco, sobre todo porque ves que tu también estas cambiando y no sabes donde va a terminar la cosa.

SPNB

Para que la luna llena nunca choque contra el suelo
Hemos de encontrarnos siempre a las afueras del pueblo
Con todos los besos nuestros...
Son preciosos nuestros besos hacia las afueras del pueblo
¿qué puede tener de malo si es lo que mejor hacemos?
¿por qué han de ser escondidos los secretos y los sueños?

Son preciosos nuestros besos
Pero nadie debe verlos y es lo que mejor hacemos...
........
Somos los únicos miembros de una sociedad secreta...

Último fin de semana de verano. Parece imposible que ya esté terminando. Del verano puedo contar poco. Ha sido un verano tranquilo, con algunas escapadas de fin de semana y poco más.

He jugado a ser mayor:

• He tenido 3 trabajos de mierda y puteantes.


• Y por primera vez, durante todo el verano una pareja estable (con mi inestabilidad propia, pero más o menos estable).

Creo que estoy empezando a calmarme, ha hacerme un poquito mayor y esto me gusta.

Aunque sigo teniendo mis recaídas como me dice mi madre. Hoy me he comprado un muñeco de pocoyo :) No pude evitar la tentación.

Me pica un pie

Me pica un pie, pero me han enseñado que no debo rascarme y no esta bien visto que alguien se rasque el pie. A mi me pica y quiero rascarme y sinceramente me importa poco que la gente me vea y lo que piensen.

Pero me han dicho que si, que puede que a mi no me importe, pero qué van a pensar mis padres y la gente que me quiere. Yo no sabía que tenía que preocuparme por eso, ingenua de mí pensé que si yo estoy bien, ellos estarían bien.

Pero por lo que me dicen no es así, tengo que preocuparme por lo que pueda pensar la gente, por lo que puedan pensar mis padres y por lo que la gente pueda pensar de ellos. Estas cosas me mosquean, me enseñan a que no me tiene que importar lo que piensen de mi y ahora me dicen esto. ¿Porqué nos engañan tanto cuando somos pequeños? En fin…

Y mi pregunta es: ¿Dónde termina la vida de mis padres y empieza la mía? ¿Dónde termina la vida que la gente proyecta en mi y empiezo yo a vivir?

P.D Por si alguien no lo pilla que me pique un pie es sólo una metáfora. Yo opté por rascarme.

Me voy!

Mañana compro el billete y pero todavía no sé pa donde tirar... mis opciones son: Berlin, Londres y Dublin. Compro el billete de ida pero con la vuelta abierta, no sé si estaré unos días, unas semanas o algo más, como mucho dos meses. Tampoco es plan de perder todo el curso.

En los tres sitios tengo casa donde quedarme, es lo bueno de hacer amigos erasmus. Pero soy una duda!! no sé pa cuál tirar!! Berlin me encantaría, pero el alemán me echa para atrás. No es que sepa inglés, pero me defiendo y tengo más posibilidades de aprender... Supongo que. como casi siempre, terminaré echandolo a suertes.

Mis amigos me han preguntado que de qué huyo. La verdad que huir de nada, simplemente no me gusta el color que están tomando las cosas. Al poner un poco de tierra y tiempo de por medio, intento cambiarlas. Creo que es una forma de plantarle cara a algo que no se sostiene.

Mi canción de la semana:

Esto no es serio

Porque un día iba con el uniforme del colegio, cargada con dos o tres mochilas y llevaba unos puñeteros calcetines que no paraban de bajarse. La cuarta vez que me los subí, una amiga me miró y me dijo: “Tía esto, esto no es serio”.

Hoy cinco años después y ya sin uniforme, tras un café y varias cervezas, mi amiga y yo nos hemos dado cuenta de que “esto, esto sigue sin ser serio”.